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lunes, 21 de marzo de 2011

Bhatti, matado por ser cristiano

Shahbaz Bhatti

Después del asesinato del Gobernador del estado de Punjad, Benhazir Bhutto ocurrido unos meses atrás, Shahbaz Bhatti sabía muy bien que los fundamentalistas islámicos lo tenían en la lista. Sobrevivió milagrosamente al atentado que llevó a la muerte de Benhazir Bhutto.
Él tenía muy claro que antes o después tocaba a él sufrir el martirio. También por eso vivió cada segundo de su vida deseando servir al Señor, buscando siempre el bien para cada paquistaní. En el 2008 había sido nombrado Ministro Federal de las minorías religiosas.
Dejó una herencia importante no sólo para las minorías cristianas sino también para todo el pueblo paquistaní.
En estos dos años Bhattí permitió la realización de reformas que hace unos años atrás eran impensables. Gracias a él el Pakistán había empezado a considerar seriamente la posibilidad de eliminar aquellas normas conocidas como “leyes sobre la blasfemia”, introducidas en 1982 y 1986.
Desde el 1986 el código penal del Pakistán condena con la cadena perpetua o la pena de muerte a todas aquellas personas que “profanan” el Corán o “insultan” a Mahoma.
Bhatti había sido uno de los pocos que luchó por la liberación de Asia Bibi, condenado en nombre de esta ley.
Pero fueran muchas las obras que se deben a su compromiso por la libertad religiosa.
Shahbaz Bhatti fue asesinado por un grupo armado de fundamentalistas islámicos. Lo mataron con 30 tiros, porque era un personaje peligroso debido su lucha contra “Las leyes contra la blasfemia”.
Los fundamentalistas islámicos ven en quien toca estas leyes a un enemigo muy peligroso. “Agradezco a Dios, solía decir el Ministro, por haberme dado esta oportunidad de poder continuar mi lucha a favor de las minorías oprimidas del Pakistán”.
Una vez más la sangre de los cristianos corre.
La fe del ministro Bhatti es un claro ejemplo de una inteligencia de la fe que se vuelve inteligencia de la realidad.
Es un testigo de una fe que ilumina la política.  Una fe que vuelve al hombre protagonista de la historia. Una fe que ayuda a los hombres a vivir mejor.
Una fe que el poder, cualquier sea su ideología, no soporta.
El Observador Semanal se conmueve frente al testimonio de Bhatti, y su sangre derramada como la de Cristo por la libertad y felicidad de todos los hombres es un estimulo para trabajar siempre más para que el Semanario sea cada vez más un instrumento de comunicación de la Fe.
P. B

jueves, 3 de marzo de 2011

La marihuana


“Pá í, ¿escuchó la noticia de que existen propuestas para legalizar el uso de la marihuana?”
¡Sí!, amigo escuché la noticia.
“¿Usted piensa que sea una ayuda para los chicos, el legalizarla?”
¡No creo!, porque lo que se debe analizar no es legalizar la marihuana o no, que a los jóvenes le da lo mismo, porque siempre se puede encontrar y el estado sabe eso, sino hay que ver, ¿por qué el corazón de los chicos utiliza algo prohibido, buscando en la marihuana algo que el mundo de los adultos no logra darle?
Te cuento un hecho. Cuando yo tenía 20 años, antes de encontrar la experiencia cristiana, me regalaron un afiche grande con la imagen de una semilla de marihuana ampliada 1000 veces. Tenía hermosos dibujos y debajo de la imagen se encontraba una palabra: freedom (libertad). Esto lo dice todo. Uno usa la marihuana porque el corazón está insatisfecho, busca algo grande, quiere ser libre, feliz y el único escape que tiene frente a este mundo que no le muestra un significado grande para vivir es “volar”, “soñar” algo mejor. Yo también vivía así antes de la conversión.
El uso de la marihuana revela un corazón insatisfecho, revela una ausencia en el corazón de los chicos, revela la posibilidad de vivir momentos de libertad también. Y las leyes del estado nunca podrán, adecuadamente, responder al corazón insatisfecho de los chicos
Se necesitan adultos que te muestren y te comuniquen un significado grande y más atractivo que la marihuana, algo bonito que el chico ve en los adultos, porque ellos lo viven.
Por eso el uso de la marihuana, del alcohol, del la trasgresión es siempre una provocación a nosotros adultos: ¿qué es lo que comunicamos a los chicos, a ellos que buscan una razón para vivir? ¿Cómo vivimos nosotros adultos nuestra vida, nuestra fe?
Si los adultos, en modo especial aquellos que se dicen católicos, pienso a todos los colegios católicos, a la misma Universidad Católica, frente al extravío de los jóvenes no sienten la urgencia de anunciar a Cristo, como la única posibilidad de comunicar el sentido de la vida a los jóvenes, es mejor que cierren o si prefieren continuar así, comunicando valores o educando a ser buenos profesionales, que inicien a fumar marihuana también ellos, así puede ser que se den cuentas de lo que necesita el yo humano. El yo humano necesita encontrar la alegría cristiana, que brilla en los rostros de los cristianos, como una presencia capaz de dar significado a nuestra pobre vida, a través de una amistad que te ayuda a vivir y a morir.  
La marihuana tiene, como todas las drogas o los ídolos, un gran atractivo para con los jóvenes y para vencerla se necesita encontrar un atractivo más grande que la droga misma. Y solo encontrando a Cristo, presente en la amistad cristiana, eso tiene la fuerza de sacar a cualquier persona de algo, como la droga, que da ilusiones pero no da ni la libertad ni la felicidad.
P. B

martes, 15 de febrero de 2011

“Hemos sepultado” el cáncer, anunció el Jefe de Estado

Con estas palabras el diario ABC Color del sábado 29 de enero relataba lo dicho por el Presidente a su regreso de Brasil. ¡Felicitaciones Señor Presidente!
Sin embargo me permito realizar dos observaciones. La primera: hubiera sido más humano, razonable un poquito de humildad, reconociendo en primer lugar a Dios la iniciativa si hoy está mejor. Por favor, quien puede ser tan orgulloso de decir al mundo entero “hemos sepultado el cáncer” cuando sabemos bien que sólo un milagro del Señor puede documentar con ciencia cierta la victoria completa…sin olvidar que quizás con 100 años la vida se acabará igual.
La segunda: nuestro sanatorio cada día está repleto de enfermos terminales de cáncer, y algunos que sufren su misma enfermedad señor Presidente, y en muchos lugares no han sido atendidos por la pobreza en la que viven o no han podido, muchas veces, llegar hasta un centro de salud para ser atendidos. Y cada día mueren.
Actualmente está don Victorio, quien padece su misma enfermedad y él, está todo hinchado, si Dios no hace un milagro,  morirá pronto. Escuchando su historia nos ha destrozado el corazón, porque es una de las tantas víctimas de la pobreza, de la ignorancia. Sin embargo es impresionante su humildad, su entrega al Señor, su deseo de sentirse amado. O Bernardino, aún joven, que suele repetir: “yo sé que muero, pero la hora sólo Dios la conoce y estoy entregado a Su voluntad”.
Señor presidente, ojalá que todos, también usted, aprendamos lo que es la humildad porque, como escribe San Pedro: “Dios resiste a los orgullosos y da Su gracia a los humildes”.
Felicitaciones por su completa recuperación, pero no se olvide de Dios y de cuantos no tuvieron y no tienen la gracia que usted tuvo de recurrir a los mejores especialistas. A nosotros pobres hombres nos bastan nuestros galenos, muchos de los cuales tienen no sólo la capacidad científica sino un corazón de carne y se encuentran disponibles a atender a cuantos no tienen a nadie a quien pedir ayuda. Y nuestro hospital con el Policonsultorio, en el cual más de 20 médicos, gratuitamente, atienden cada semana, a cuantos necesitan.
Y durante estos siete años de su existencia estos 20 galenos han atendido a casi 20.000 pacientes. Un ejemplo de humildad y de gratuidad que todos tendríamos que aprender.
Juanki Lezcano F.
Juank_lzkno@hotmail.com

La cultura hedonista dominante va tras la inocencia infantil

Mientras en la edición de diciembre 2010 - enero 2011 de la revista francesa Vogue, tenía imágenes de niñas que incitaban a la pedofilia, en algunos de nuestros países latinoamericanos ahora el boom del marketing en cuadernos escolares es que traigan en sus portadas fotos de modelos en diminutos trajes de baño, con el peregrino argumento de que así querrán estudiar más.
Las imágenes seductoras de menores de edad escandalizaron a Francia y al mundo.
Todos opinan: pura y simple pedofilia. ¿Qué están haciendo niñas de siete años en unas poses sugestivas? Incitando al sexo… no hay que tener tres dedos de frente.
Y es lo mismo que se puede pensar de unos cuadernos  que en lugar de traer los conocidos personajes de Disney u otros de las tiras cómicas o paisajes, como antaño, ahora traen seductoras mujeres casi desnudas.
 Tal vez por eso es que la educación sexual preconizada por la UNICEF y la UNESCO debe comenzar a los cinco años enseñándoles a las “ventajas” de la masturbación.
Una de las imágenes de Vogue, con la palabra “Cadeaux” (regalos) en el aviso muestra a una niña vestida con un gran colar de esmeraldas, no quedando en claro si lo que está ofreciendo es la joya o la niña.
Con un problema adicional, y es que entra en juego la defensa a la que acuden los abusadores, que es decir “ella me provocó”.
Lo de Vogue y los cuadernos escolares no es normal, como lo asegura la Sociedad de Psiquiatría Americana (APA). Todo se explica como una tendencia hacia la “sexualización” o “erotización” de niños y niñas, al volverlas o volcarles objetos sexuales sin que se den cuenta: ”La valoración de una niña principalmente por su atractivo y comportamiento sexual y la comparación de ella con un estándar de belleza muy definido”.
Señalaba una crítica de moda del New York Times, Cathy Horin, que la moda está en crisis y no teniendo nada significativo qué decir, diseñadores y fotógrafos quieren beneficiarse con el sexo.
 Los fabricantes de cuadernos andan en la misma tónica.
Corresponde a padres y educadores revertir esta tendencia.
G. L