Buscar este blog

martes, 15 de febrero de 2011

“Hemos sepultado” el cáncer, anunció el Jefe de Estado

Con estas palabras el diario ABC Color del sábado 29 de enero relataba lo dicho por el Presidente a su regreso de Brasil. ¡Felicitaciones Señor Presidente!
Sin embargo me permito realizar dos observaciones. La primera: hubiera sido más humano, razonable un poquito de humildad, reconociendo en primer lugar a Dios la iniciativa si hoy está mejor. Por favor, quien puede ser tan orgulloso de decir al mundo entero “hemos sepultado el cáncer” cuando sabemos bien que sólo un milagro del Señor puede documentar con ciencia cierta la victoria completa…sin olvidar que quizás con 100 años la vida se acabará igual.
La segunda: nuestro sanatorio cada día está repleto de enfermos terminales de cáncer, y algunos que sufren su misma enfermedad señor Presidente, y en muchos lugares no han sido atendidos por la pobreza en la que viven o no han podido, muchas veces, llegar hasta un centro de salud para ser atendidos. Y cada día mueren.
Actualmente está don Victorio, quien padece su misma enfermedad y él, está todo hinchado, si Dios no hace un milagro,  morirá pronto. Escuchando su historia nos ha destrozado el corazón, porque es una de las tantas víctimas de la pobreza, de la ignorancia. Sin embargo es impresionante su humildad, su entrega al Señor, su deseo de sentirse amado. O Bernardino, aún joven, que suele repetir: “yo sé que muero, pero la hora sólo Dios la conoce y estoy entregado a Su voluntad”.
Señor presidente, ojalá que todos, también usted, aprendamos lo que es la humildad porque, como escribe San Pedro: “Dios resiste a los orgullosos y da Su gracia a los humildes”.
Felicitaciones por su completa recuperación, pero no se olvide de Dios y de cuantos no tuvieron y no tienen la gracia que usted tuvo de recurrir a los mejores especialistas. A nosotros pobres hombres nos bastan nuestros galenos, muchos de los cuales tienen no sólo la capacidad científica sino un corazón de carne y se encuentran disponibles a atender a cuantos no tienen a nadie a quien pedir ayuda. Y nuestro hospital con el Policonsultorio, en el cual más de 20 médicos, gratuitamente, atienden cada semana, a cuantos necesitan.
Y durante estos siete años de su existencia estos 20 galenos han atendido a casi 20.000 pacientes. Un ejemplo de humildad y de gratuidad que todos tendríamos que aprender.
Juanki Lezcano F.
Juank_lzkno@hotmail.com

La cultura hedonista dominante va tras la inocencia infantil

Mientras en la edición de diciembre 2010 - enero 2011 de la revista francesa Vogue, tenía imágenes de niñas que incitaban a la pedofilia, en algunos de nuestros países latinoamericanos ahora el boom del marketing en cuadernos escolares es que traigan en sus portadas fotos de modelos en diminutos trajes de baño, con el peregrino argumento de que así querrán estudiar más.
Las imágenes seductoras de menores de edad escandalizaron a Francia y al mundo.
Todos opinan: pura y simple pedofilia. ¿Qué están haciendo niñas de siete años en unas poses sugestivas? Incitando al sexo… no hay que tener tres dedos de frente.
Y es lo mismo que se puede pensar de unos cuadernos  que en lugar de traer los conocidos personajes de Disney u otros de las tiras cómicas o paisajes, como antaño, ahora traen seductoras mujeres casi desnudas.
 Tal vez por eso es que la educación sexual preconizada por la UNICEF y la UNESCO debe comenzar a los cinco años enseñándoles a las “ventajas” de la masturbación.
Una de las imágenes de Vogue, con la palabra “Cadeaux” (regalos) en el aviso muestra a una niña vestida con un gran colar de esmeraldas, no quedando en claro si lo que está ofreciendo es la joya o la niña.
Con un problema adicional, y es que entra en juego la defensa a la que acuden los abusadores, que es decir “ella me provocó”.
Lo de Vogue y los cuadernos escolares no es normal, como lo asegura la Sociedad de Psiquiatría Americana (APA). Todo se explica como una tendencia hacia la “sexualización” o “erotización” de niños y niñas, al volverlas o volcarles objetos sexuales sin que se den cuenta: ”La valoración de una niña principalmente por su atractivo y comportamiento sexual y la comparación de ella con un estándar de belleza muy definido”.
Señalaba una crítica de moda del New York Times, Cathy Horin, que la moda está en crisis y no teniendo nada significativo qué decir, diseñadores y fotógrafos quieren beneficiarse con el sexo.
 Los fabricantes de cuadernos andan en la misma tónica.
Corresponde a padres y educadores revertir esta tendencia.
G. L